lunes, 24 de junio de 2013

Houston, we have a problem

Mucho ha llovido desde la última entrada...

Más de un año. Y todo se puede resumir fácilmente.

Llegas con toda la ilusión a un piso nuevo, en el que pones todas tus ganas y todo tu amor. La mudanza salió bien, el piso resultó diferente pero ideal (ya subiré alguna foto cuando crea que no vulnera mi privacidad),... es un HOGAR con sus cinco letras. Pero una cosa es el piso, físicamente hablando, y otra es el hogar (algo inmaterial pero muy espiritual), y como casi todo lo intangible es algo que no ves y tarde o temprano acaba desapareciendo. Cuando te das cuenta ya es tarde y lo has perdido. He perdido un poco esa sensación de hogar y las cajas, los muebles y el piso no tienen la culpa. Noto que algo cambia dentro de mi. Veo el estado del país, el estado de la gente, de la ciudad,... y noto que algo dentro de mi, que me anclaba a Barcelona... se va.... y mientras vuelo vuelo y vuelo lejos... me doy cuenta de que mi ancla tampoco estaba en España... ni siquiera en Europa... Mi interior me pide algo diferente. Mi interior me pide un cambio de aires, un cambio de gente (quiero mucho a mi familia y a mis amigos y no me refiero a ellos cuando hablo de "gente"), un cambio de modo de vivir, de trabajo, de... hogar.

Por la cabeza se me han pasado sitios como Houston, Austin, Amsterdam, Londres o París... pero finalmente la cobardía de salir sólo me puede y supongo que seguiré aquí afincado... pero con el esfuerzo continuo de la elaboración de un hogar.

¿Cual debe ser la fórmula?

Próximamente: ¡Aventura en Estocolmo!

¿Es un sueño? ¿Es una ilusión?